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A esta rubia le encanta comerse un par de rabos al día. Nada más levantarse pr la mañana se come uno parq coger fuerzas durante todo el día. Por eso sus compañeros de piso intentan estar despiertos prontito, para que ella les coja las pollas y comérselas. Hoy le ha tocado a este. Que suerte.

Esta brasileña no sabe decantarse por el sabor de una polla de látex o una de carne. Así que ha cogido una de cada y las está relamiendo sin parar para decidirse. La de látex no huele tan mal, pero la otra le gusta más, porque si la chupa como ella sabe al final termina dándole un regalito que le encanta.

Esta rubia estaba tranquilamente masturbándose en la piscina de sus casa, cuando por arte de magia aparece un rabo de carne y hueso al lado de su boca. Ella no sabe de quién es, pero prefiere eso a su pene de plástico, así que uno se lo deja metido en el culo y empieza a jugar con su nuevo amigo como si se conocieran de toda la vida.

No sabemos si es cierto eso que dicen de «Rubia de bote, chocho morenote», porque si todas hacen como esta y se lo depilan no encontraremos ni un pelo ahí abajo cuando nos lo vayamos a comer. Pero vamos, que así mejor, así no hay lefazos que se quedan enredados en sus ricitos del coño.